Realizan capacitación sobre negociaciones de acceso a recursos genéticos y participación de beneficios
Los talleres forman parte de los compromisos de Panamá para implementar el PROYECTO GEF PS97410: Aprovechando el potencial de los microbios nativos en el sector agrícola de conformidad con el Protocolo de Nagoya que se desarrollará en el país hasta el próximo año 2023.
El Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en conjunto con el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología AIP (Indicasat), el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF por sus siglas en inglés), dictaron estaq semana, los Talleres de Capacitación sobre Negociaciones de Acceso a Recursos Genéticos y Participación de Beneficios en la provincia de Chiriquí. Las jornadas que se desarrollaron en el marco del Proyecto GEF PS97410: Aprovechando el potencial de los microbios nativos en el sector agrícola de conformidad con el Protocolo de Nagoya, tendrán como sede el Auditorio de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad Autónoma de Chiriquí y la Asociación de Productores de Renacimiento. Durante el primer día de conferencia, especialistas de INDICASAT presentaron el proyecto en mención; mientras que expertos de MiAMBIENTE y PNUD abordaron temas relativos al ABS (programa de Acceso a los Recursos Genéticos y Distribución de Beneficios) establecido en el Convenio de Biodiversidad, el Protocolo de Nagoya y los mecanismos de implementación, la Regulación Nacional sobre ABS y los Requerimientos de permisos, así como la Importancia del género. Para la segunda jornada realizada en el corregimiento de Santa Clara, distrito de Renacimiento, además de los temas arriba citados, los expositores hablaron sobre el proceso de negociación del acceso a los recursos genéticos en el sector agrícola y las posibles vías de negociación que conducirán las investigaciones realizadas por este proyecto para llegar a acuerdo de beneficios. Ambos talleres sirvieron para que los participantes, entre los que estarán autoridades locales, líderes comunitarios, representantes de diversas organizaciones de productores, docentes, estudiantes, entre otros actores, intercambien ideas y reflexionen al respecto de contar con ecosistemas sanos. Darío Luque, del Ministerio de Ambiente de Panamá, expresó que estos talleres tienen como propósito brindar información y conocimientos generales sobre el tema de Acceso a los Recursos genéticos y la distribución de beneficios, el Protocolo de Nagoya que es el Acuerdo internacional que regula la temática, y la normativa nacional aplicable. También dar a conocer los elementos básicos que se deben tomar en cuenta en un proceso de negociación sobre distribución de beneficios con respecto a la utilización de recursos genéticos e informar sobre los elementos clave del Proyecto GEF 97410, conforme a los componentes y resultados esperados del mismo. El experto señaló que “el objetivo del proyecto es apoyar el logro del potencial de los microorganismos nativos para contribuir al sector agrícola, al tiempo que genera beneficios ambientales globales, conforme a las disposiciones del Protocolo de Nagoya”. Dicha estrategia fortalecerá las capacidades nacionales y locales para emprender investigación y desarrollo con miras a realizar ensayo con microhongos de fuentes terrestres para comprobar su potencial para proteger cosechas biológicas y negociar acuerdos (de acceso a recursos genéticos y participación de beneficios) bajo el Protocolo de Nagoya; y además reducirá las amenazas a la biodiversidad a través de la protección biológica de cosechas basada en la conservación en las zonas de amortiguamiento del Parque Internacional La Amistad y el Parque Nacional Volcán Barú. Anarela Sánchez, Asociada de Programas del PNUD, en Panamá, explicó que el Protocolo de Nagoya propone contribuir a la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica. Se aplica a los recursos genéticos que están cubiertos por el Convenio sobre la Diversidad Biológica, a los conocimientos tradicionales asociados a los recursos genéticos y a los beneficios derivados de su utilización.
Sánchez aseguró que “esto nos hace reconocer, hoy más que nunca, que la biodiversidad, los recursos naturales y genéticos son indispensables para lograr un impacto positivo en el desarrollo de las personas, las comunidades, sus medios de vida y la forma en que interactúan con la naturaleza”. “Nos complace saber que las mujeres han representado, históricamente en la implementación del Protocolo de Nagoya, un lugar fundamental en el país. Estos talleres contaron con una presentación sobre el enfoque de género y Protocolo de Nagoya, con miras a garantizar el bienestar de las mujeres, que tengan acceso a la toma de decisiones al más alto nivel, es decir, tener autonomía personal y participación en igualdad de condiciones”, sostuvo. Por otro lado, el doctor Luis Mejía de INDICASAT, concluyó que el cumplimiento del objetivo de investigación de este proyecto implica la utilización de un recurso natural de Panamá para protección de cultivos de importancia agrícola para el país, tal como los cafés especiales; así como la reducción de uso de pesticidas convencionales nocivos al ambiente y salud de las personas, y producción inocua de cultivos. El biólogo consideró que el proyecto además busca “destacar y lograr mayor participación de la mujer en temas de producción agrícola, seguridad alimentaria, conservación de los recursos naturales y mayor participación en los beneficios comerciales y no tangibles derivados de la gestión de la biodiversidad y en acuerdo con regulaciones nacionales y acuerdos internacionales como es el Protocolo de Nagoya”. Mientras que su homólogo, Marcelino Martínez, destacó que la parte científica de este proyecto utiliza conocimiento ecológico y químico para encontrar soluciones prácticas ante la necesidad de controles biológicos ecológicamente amigables en la industria del café. “Utilizamos hongos endófitos que mantienen las plantas del café. Estos hongos producen de manera natural sustancias antifúngicas que defienden a la planta del café de sus enemigos naturales como la roya y el ojo de gallo, los cuales causan grandes pérdidas económicas en estos cultivos. Por tanto, utilizamos métodos químicos para aislar e identificar estas sustancias responsables de la inhibición del crecimiento de los patógenos del café, mediante técnicas modernas de cromatografía, resonancia magnética nuclear y espectrometría de masas que nos llevan a identificar químicamente estos compuestos”. Este proyecto tiene tres propósitos: Desarrollo de un producto para la industria de protección de las cosechas; facilitar el acceso, beneficios compartidos y conservación de la biodiversidad y seguimiento y evaluación con enfoque de género. Se desarrollará en los distritos de Boquete, Tierras Altas y en las zonas de amortiguamiento del Parque Internacional La Amistad y el Parque Nacional Volcán Barú. El proyecto es financiado por el GEF y se desarrollará en el país hasta 2023. Mediante las actividades productivas, las comunidades locales podrán tener capacidad para inscribir los recursos genéticos que existan en las plantas en el programa de Acceso a los Recursos Genéticos y Distribución de Beneficios (ABS) y lograr beneficios y simultáneamente, que las empresas creen productos comerciales para la protección del café que se produce en la región.