Nicaragua está consternada tras jornada en que una familia murió calcinada
La vicepresidenta del Gobierno, Rosario Murillo, tildó ese hecho de "monstruoso" y como un ataque de tinte "satánico".
Nicaragua está consternada después de una jornada violenta en la que siete miembros de una familia, entre ellos tres menores de edad, murieran calcinados en su casa, en Managua, por un incendio provocado en uno de los días más cruentos en el marco de las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega.
Los nicaragüenses inundaron sus redes sociales con mensajes de dolor, consternación, impotencia, repudio y súplicas al Señor por la muerte, principalmente de dos de los menores de edad, una de dos años y medio y un bebé de cinco meses.
Durante el velatorio de esa familia, "hubo detonaciones cercanas (a la vivienda) y la gente se puso nerviosa por lo que decidieron, por seguridad, que la gente se fuera a sus casas", dijo el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), uno de los principales organismos del país.
La vicepresidenta del Gobierno, Rosario Murillo, tildó ese hecho de "monstruoso" y como un ataque de tinte "satánico".
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"Ofrezcamósle un corazón lleno de amor para sanar ese odio que albergan en sus almas, es lo mejor que podemos hacer porque no hay venganza que quepa en nuestros corazones y además, no hay reparación posible para tanto crimen, para tanta actividad siniestra, para tantos ataques que parecen prácticas satánicas, desconocidas en nuestro país", indicó la también primera dama al referirse anoche a ese hecho.
"Nicaragua reclama, clama, quiere paz, que cese tanta abominación", continuó Murillo, quien dijo que "nunca habíamos visto tanta profanación de nuestra fe y de nuestras prácticas cristiana".
La dignataria denunció que ese siniestro fue provocado "por el vandalismo, por la delincuencia" que durante la crisis que vive el país, según dijo, han planificado "siniestros, maléficos, perversos" que provocan tragedias, dolores, crímenes y sufrimiento.
El incendio de una casa de tres pisos, donde también funcionaba una fábrica de colchones, en el barrio Carlos Marx -este de Managua-, sobre cuya autoría hay diversas versiones, causó la muerte de siete miembros de una familia, los adultos calcinados en el lugar, mientras que los menores, rescatados por los Bomberos, murieron en el hospital.
Las versiones sobre lo sucedido difiere entre los vecinos. La recopilada por la Dirección General de Bomberos, adscrita al Ejecutivo, apunta a "delincuentes encapuchados" que lanzaron al interior de la vivienda cócteles molotov y provocaron el incendio.
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Otra versión de familiares y vecinos afirma que policías y fuerzas parapoliciales habrían provocado el incendio porque la familia se negó a prestar la parte alta para francotiradores y los amenazaron con disparar si salían de la casa mientras ardía.
La Policía informó de que ha creado un equipo técnico con investigadores y peritos de criminalística para realizar diligencias con el objetivo de esclarecer el hecho.
Otros dos hombres fueron asesinados y quemados a plena luz del día en la vía pública cerca del mismo sector, en una de las jornadas más sangrientas de la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua desde el pasado 18 de abril y que ya ha causado la muerte de 200 personas, en su mayoría civiles, según organismos humanitarios.
Las protestas contra Ortega, que lleva once años en el poder, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social, y se convirtieron en una exigencia de renuncia con acusaciones de abuso y corrupción.